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Blind patriotism de Brian D Morgan |
Hablar
sobre el patriotismo y el nacionalismo es muy difícil, especialmente
debido a la perversión del lenguaje, ya que cuesta definir esos
conceptos. ¿Que es una patria?¿Y una nación? La verdad es que me
da un poco igual, y no quiero entrar en esa discusión, porque esos
conceptos son sentimientos, y cada cual tiene los suyos, pero de lo
que quiero hablar no es del sentimiento, sino de las actitudes que
toman los que tienen esos sentimientos.
En
España hay mucha gente con sentimientos de arraigo a su tierra, pero
para algunos su tierra es toda la península, mientras que para otros
es solo una parte de ella, pero las actitudes que toman unos y otros
son similares, y en mi opinión algo perversas, pues mientras
proclaman el amor por su tierra, tienen actitudes que poco a poco
están haciendo de esa tierra un lugar inhabitable.
Hay
gente que cree que debe y puede imponer su sentimiento patriótico a
otros, y están en los dos bandos, tanto en los llamados
nacionalismos periféricos, como en el muchas veces negado
nacionalismo español. Prueba de ello es el famoso “vamos a
españolizar a los alumnos catalanes” del ministro de educación
Wert. Creer que se puede imponer un sentimiento es tan absurdo como
pensar que puedes obligar a alguien a amarte, y pensar que tienes la
obligación de intentarlo se parece mucho a la violencia de género.
Así
pues, si no se pueden cambiar esos sentimientos ¿como podemos
arreglar la situación? Pues en mi opinión hay que quitar el foco de
que bandera ondeas, y ponerlo en que haces para ensalzar dicha
bandera.
La
peor actitud que se puede tomar a ese respecto, según mi punto de
vista, es la de ondear la bandera y gritar que quien no la ondee tan
fuerte como tu es sospechoso de ser un enemigo de la patria, esa
actitud es la que intenta obligar a la gente a dar pruebas públicas
de su afecto a la patria para así inferir que todo aquel que no lo
haga es porque es un mal patriota. Esa actitud degenera en un
patriotismo de escaparate, basta con ponerse una pulsera con la
bandera para ya creerse un ciudadano ejemplar, y ser un ciudadano
ejemplar no consiste en eso.
Aunque
te vistas con la bandera, y escuches cada mañana el himno nacional,
serás un mal patriota si no pagas tus impuestos, si defraudas, si no
te levantas cada mañana para trabajar duro, si te cuelas en el metro
o si intentas hacer un pelotazo y piensas que otro ya apechugará con
las consecuencias. Si intentas escaquearte de tus obligaciones estás
traicionando a tu patria, pues estás anteponiendo tu propio
beneficio al bienestar de tu tierra, te conviertes en un patriotra traidor.
Necesitamos
menos patriotas que ondeen banderas, y mas patriotas que trabajen
duro para el bien de su tierra, cada cual la que considere propia. Si se consiguiera ese cambio, la
verdad es que me daría un poco igual que bandera ondeara cada cual,
porque la verdad es que estarían remando todos en la misma
dirección, me daría igual si trabajan duro para España, o para
Cataluña, porque la verdad es que todos estarían sacando el país
adelante por igual.
El
problema es que hoy en dia hay muchos patriotas en ambos lados que
vociferan sobre lo buenos que son unos y lo malos que son otros, a la
vez que están defraudando, contratando en negro, o en el caso mas
sangrante de los políticos, enfrentando a la ciudadanía unos contra
otros a la vez que se legisla en favor de algunas empresas de
conocidos y amigos. No se me ocurre ninguna actitud mas
antipatriótica que sembrar la cizaña entre conciudadanos a la vez
que se dilapidan sus impuestos para favorecer a amiguetes, y se
ocultan fortunas al fisco en paraísos fiscales.
Si
los ciudadanos tomáramos consciencia de ese echo, el país en su
conjunto daría un paso adelante.
Las
eternas discusiones entre catalanistas y españolistas, seguirían
existiendo, pero dejarían de ser destructivas para convertirse en
una competición positiva para el conjunto, pues cada cual, para
mostrarse mejor patriota que el otro, tiraría adelante del país.
Además a los políticos, empresarios, famosos y deportistas de
élite, que normalmente se llenan tanto la boca de patria, pero que a
la hora de la verdad tienen todos sus fortunas en el extranjero, no
les bastaría con atarse una bandera al cuello y salir por la tele,
sino que tendrían que cumplir con sus obligaciones con el fisco y no
por miedo a ser pillados, sino por amor a su tierra.
Quizás
sea algo utópico, pero tenemos que conseguir cambiar la definición
de que significa ser un patriota. Ahora ser patriota significa
considerar enemigo mortal cualquier patriota de una patria diferente
a la tuya, y tendría que pasar a significar querer trabajar cada día
para que tu patria prospere.
Si
el sentimiento patriótico se convierte en un impulso para la mejora
personal, y se sobrepone a la búsqueda del beneficio económico
personal a cualquier precio, incluso a costa del empobrecimiento del
país, que tanto mal ha hecho al conjunto de la sociedad, entonces
ese sentimiento dejará de ser un problema de nuestra sociedad para
ser una de las soluciones. Y entonces dará un poco igual si hay una
patria o cinco o diez, porque todos querrán lo mejor para el
conjunto de la sociedad.
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