22 de junio de 2013

El patriota traidor

Blind patriotism de Brian D Morgan
Hablar sobre el patriotismo y el nacionalismo es muy difícil, especialmente debido a la perversión del lenguaje, ya que cuesta definir esos conceptos. ¿Que es una patria?¿Y una nación? La verdad es que me da un poco igual, y no quiero entrar en esa discusión, porque esos conceptos son sentimientos, y cada cual tiene los suyos, pero de lo que quiero hablar no es del sentimiento, sino de las actitudes que toman los que tienen esos sentimientos.
En España hay mucha gente con sentimientos de arraigo a su tierra, pero para algunos su tierra es toda la península, mientras que para otros es solo una parte de ella, pero las actitudes que toman unos y otros son similares, y en mi opinión algo perversas, pues mientras proclaman el amor por su tierra, tienen actitudes que poco a poco están haciendo de esa tierra un lugar inhabitable.
Hay gente que cree que debe y puede imponer su sentimiento patriótico a otros, y están en los dos bandos, tanto en los llamados nacionalismos periféricos, como en el muchas veces negado nacionalismo español. Prueba de ello es el famoso “vamos a españolizar a los alumnos catalanes” del ministro de educación Wert. Creer que se puede imponer un sentimiento es tan absurdo como pensar que puedes obligar a alguien a amarte, y pensar que tienes la obligación de intentarlo se parece mucho a la violencia de género.
Así pues, si no se pueden cambiar esos sentimientos ¿como podemos arreglar la situación? Pues en mi opinión hay que quitar el foco de que bandera ondeas, y ponerlo en que haces para ensalzar dicha bandera.
La peor actitud que se puede tomar a ese respecto, según mi punto de vista, es la de ondear la bandera y gritar que quien no la ondee tan fuerte como tu es sospechoso de ser un enemigo de la patria, esa actitud es la que intenta obligar a la gente a dar pruebas públicas de su afecto a la patria para así inferir que todo aquel que no lo haga es porque es un mal patriota. Esa actitud degenera en un patriotismo de escaparate, basta con ponerse una pulsera con la bandera para ya creerse un ciudadano ejemplar, y ser un ciudadano ejemplar no consiste en eso.
Aunque te vistas con la bandera, y escuches cada mañana el himno nacional, serás un mal patriota si no pagas tus impuestos, si defraudas, si no te levantas cada mañana para trabajar duro, si te cuelas en el metro o si intentas hacer un pelotazo y piensas que otro ya apechugará con las consecuencias. Si intentas escaquearte de tus obligaciones estás traicionando a tu patria, pues estás anteponiendo tu propio beneficio al bienestar de tu tierra, te conviertes en un patriotra traidor.
Necesitamos menos patriotas que ondeen banderas, y mas patriotas que trabajen duro para el bien de su tierra, cada cual la que considere propia. Si se consiguiera ese cambio, la verdad es que me daría un poco igual que bandera ondeara cada cual, porque la verdad es que estarían remando todos en la misma dirección, me daría igual si trabajan duro para España, o para Cataluña, porque la verdad es que todos estarían sacando el país adelante por igual.
El problema es que hoy en dia hay muchos patriotas en ambos lados que vociferan sobre lo buenos que son unos y lo malos que son otros, a la vez que están defraudando, contratando en negro, o en el caso mas sangrante de los políticos, enfrentando a la ciudadanía unos contra otros a la vez que se legisla en favor de algunas empresas de conocidos y amigos. No se me ocurre ninguna actitud mas antipatriótica que sembrar la cizaña entre conciudadanos a la vez que se dilapidan sus impuestos para favorecer a amiguetes, y se ocultan fortunas al fisco en paraísos fiscales.
Si los ciudadanos tomáramos consciencia de ese echo, el país en su conjunto daría un paso adelante.
Las eternas discusiones entre catalanistas y españolistas, seguirían existiendo, pero dejarían de ser destructivas para convertirse en una competición positiva para el conjunto, pues cada cual, para mostrarse mejor patriota que el otro, tiraría adelante del país. Además a los políticos, empresarios, famosos y deportistas de élite, que normalmente se llenan tanto la boca de patria, pero que a la hora de la verdad tienen todos sus fortunas en el extranjero, no les bastaría con atarse una bandera al cuello y salir por la tele, sino que tendrían que cumplir con sus obligaciones con el fisco y no por miedo a ser pillados, sino por amor a su tierra.
Quizás sea algo utópico, pero tenemos que conseguir cambiar la definición de que significa ser un patriota. Ahora ser patriota significa considerar enemigo mortal cualquier patriota de una patria diferente a la tuya, y tendría que pasar a significar querer trabajar cada día para que tu patria prospere.
Si el sentimiento patriótico se convierte en un impulso para la mejora personal, y se sobrepone a la búsqueda del beneficio económico personal a cualquier precio, incluso a costa del empobrecimiento del país, que tanto mal ha hecho al conjunto de la sociedad, entonces ese sentimiento dejará de ser un problema de nuestra sociedad para ser una de las soluciones. Y entonces dará un poco igual si hay una patria o cinco o diez, porque todos querrán lo mejor para el conjunto de la sociedad.

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