7 de agosto de 2013

La decadencia de la sociedad y la alienación del individuo

¿Por que están tan de moda las películas de zombis? Una respuesta fácil sería decir que porque dan emoción, vísceras y violencia a partes iguales, pero creo que hay otra razón más profunda.

En mi opinión es una respuesta de nuestro subconsciente colectivo a la alienación del individuo. En el fondo las pelis de zombis muestran un mundo en decadencia colapsando, donde la mayoría de individuos a sucumbido y se han convertido en una masa uniforme de descerebrados que caminan sin rumbo con la única idea en la cabeza de consumir carne, mientras que el protagonista intenta sobrevivir y seguir siendo una persona. Creo que en el fondo todos nos sentimos un poco así, solo que los zombis de la realidad están obsesionados por consumir productos y servicios y no carne humana, por suerte. Así pues al ver estas películas nos sentimos mas identificados con los protagonistas de lo que nos gustaría admitir, ya que toda la historia es una metáfora de nuestras vidas en constante lucha para no pasar a formar parte de esa masa uniforme de descerebrados de la que nos sentimos rodeados.

Evidentemente puedo estar equivocado, y que sea todo producto del márqueting, pero al menos me sirve de excusa para hablar de nuestra propia decadencia como sociedad, una sociedad globalizada y homogeneizadora que se ha empeñado en uniformizar la cultura planetaria, y de nuestra lucha contra la alienación. Todos tenemos que vestirnos igual, educarnos igual, pensar igual, comer igual, divertirnos igual. No solo a nivel social, sino a nivel individual. No nos basta con que países diferentes tengan la misma estructura cultural, los individuos también tenemos que ser uniformes entre nosotros, hablar de los mismos temas, leer los mismos libros (si leemos) y ver las mismas películas, y todos los niños del mundo crecen viendo los mismos dibujos animados, dando lugar a lo que se ha llamado el pensamiento único, y esto es una tragedia ya que la falta de puntos de vista diferentes y originales nos impedirá dar respuesta a imprevistos futuros.

La diversidad genética es beneficiosa para cualquier especie, pues le permite resistir mejor epidemias, o desastres naturales, en cambio su uniformidad es muy perjudicial, pues una simple epidemia puede diezmar o incluso eliminar a la especie entera.

En el caso de los humanos en lo referente a diversidad genética no tenemos que preocuparnos, pero si en vez de especies hablamos de civilizaciones, entonces la cosa cambia.
Antes había una riqueza cultural enorme, entendida como una gran diversidad de formas muy diferentes de estructurar la sociedad, y de entender el mundo.
Unas entraban en contacto con las otras, y se enriquecían mutuamente aportando nuevos conceptos, respuestas a preguntas que ni siquiera se habían planteado aún. Por ejemplo los romanos adoptaron la cosmología griega, o los europeos aprendimos el número cero de los árabes, etc.
En el caso de que una civilización colapsara, ya sea por guerras, desgobierno, o sequías, parte de esa cultura sobrevivía al colapso integrada en las otras culturas circundantes, enriqueciéndose así el conjunto.

Del mismo modo que la falta de diversidad genética puede hacer que dicha especie desaparezca por una simple enfermedad, la falta de diversidad cultural planetaria actual puede hacer que toda la sociedad colapse inesperadamente por un simple incidente inesperado, como estuvo a punto de pasar con la quiebra bancaria del 2008, o como puede pasar, por ejemplo, por un encarecimiento súbito de la gasolina por su escasez, por un gran apagón planetario por una tormenta solar, o simplemente porque la gente se harte de los abusos de los poderosos y arme una revolución. Cualquier acontecimiento inesperado que no hayamos previsto y que desestabilice el sistema hasta el punto de hacerlo caer produciría un colapso planetario debido precisamente a esa uniformidad cultural, no habría otra cultura diferente que resistiera dicha crisis y que permitiera reiniciar la sociedad desde otro punto de vista y aprovechando la mayor parte del conocimiento generado hasta entonces.

Muchos diréis que eso no va a pasar, y lo mas probable es que tengáis razón en el corto plazo y que ninguno de nosotros lo veamos, pero lo que es seguro es que nuestra civilización colapsará tarde o temprano, igual que les ocurrió a los romanos, a los egipcios, a los mesopotamios, a los mayas, o a los habitantes de la isla de Pascua, todas ellas grandes civilizaciones que seguro se creían eternas como la nuestra, y cuando eso ocurra será un colapso planetario, y entonces no tendremos civilizaciones alternativas de reserva que puedan heredar parte de nuestra cultura y conocimientos, pues todas habrán sido asimiladas e integradas y habrán caído con nosotros, excepto quizás corea del norte, que como los irreductibles galos resisten ahora y siempre al invasor, pero a base de terror y control de sus gentes y no con poción mágica.
La única consecuencia lógica es que si se produce ese colapso, acaecerá también la pérdida de muchísimo conocimiento, y un largo período de cientos de años de oscuridad para lograr generar una nueva cultura capaz de redescubrir los conocimientos o de crear otros nuevos. 

Algunos pensareis que soy un exagerado, pero eso ya ha pasado antes. El imperio romano se empeñó en uniformizar y asimilar todos los pueblos que se encontraba, y la consecuencia fue que cuando Roma colapsó a mediados del s.V, se tardaron 1000 años hasta que una nueva civilización fue lo suficientemente fuerte y estable como para volver a generar conocimiento y bienestar, y que durante toda la edad media fueran incapaces de construir maravillas como los acueductos romanos, o el panteón, por simple incapacidad técnica e ignorancia, y que durante ese período las guerras, las plagas y la hambruna asolaron el continente.

El único antídoto ante eso es la variedad cultural, no intentar asimilar las otras culturas, ni renunciar a la propia, respetar los puntos de vista de otros pueblos e intentar mantener las características propias cada cual de su cultura, y no me refiero a aprender las danzas tradicionales de cada cual, sino al conocimiento ancestral, a la cosmología, a los modos de vida tradicionales, la literatura propia y foránea, a las leyendas de nuestras abuelas, y de las abuelas de otras culturas, que siempre están llenas de sabiduría, y que no nos abandonemos a las simplificaciones esteriotipadas de Disney, o a los éxitos de ventas que las editoriales nos promocionan.

Eso no solo nos ayudaría en una futura e hipotética crisis planetaria fruto de mis elucubraciones mas pesimistas, sino que nos permitiría sentirnos menos alienados como individuos, menos parte de esa masa uniforme descerebrada de la que secretamente nos sentimos parte, y quizás esa sabiduría de las abuelas, o esos clásicos de la literatura, nos ayudarían a llenar ese vacío que a algunos les impide dormir, y que creen poder llenar con somníferos, o con libros de autoayuda, y quizas incluso aprendamos algo que la tele no nos puede o quiere enseñar. En resumen, que intentemos ser personas independientes con pensamiento autónomo y crítico.

30 de junio de 2013

Crimen sin castigo, o la ética neoliberal

Leyendo “Crimen y castigo”, publicada en 1866 por Fiódor Dostoievski, uno se sorprende descubriendo una sociedad donde el individuo tiene fuertes valores morales, y donde el protagonista se plantea si es suficientemente libre como para traicionar esos valores en beneficio propio, entablando entonces una batalla casi a muerte contra su conciencia. Esa novela contrasta con la sociedad actual y con nuestros líderes, que parecen no tener ninguna conciencia, ni ningún dilema ético al actuar en beneficio propio causando un mal a muchísimos conciudadanos. No he visto a ningún banquero, ni especulador, ni ninguno de los políticos que lo han permitido pidiendo perdón, porque ni siquiera se sienten avergonzados o culpables. Incluso hemos visto a banqueros que, tras arruinar su banco, lo han demandado porque creían que no les habían pagado un finiquito suficiente.
¿Como es eso posible? Según mi opinión hoy en día el neoliberalismo ha implantado una nueva escala de valores en muchos de nosotros, y en todos nuestros líderes, incluyendo los que se hacen llamar socialistas. Estos nuevos valores dicen que el triunfo y el enriquecimiento personal a cualquier precio es lo único que importa, dicen que está bien mentir y pisotear al compañero con tal de medrar, dicen que si una acción te sirve para ganar dinero es una buena acción, y dicen que la pobreza es una muestra de debilidad pues el que es pobre lo es porque no ha sido suficientemente fuerte como para prosperar aplastando a otros, y por tanto a los pobres no hay que ayudarlos, pues tienen que hacerse fuertes y aprender a trepar solos.
Estos son los valores que rigen nuestra sociedad actual, y que permiten al individuo actuar egoistamente, incluso causando dolor a otros, sin tener ningún remordimiento, pues tu conciencia ya no te tortura como al protagonista de “Crimen y castigo”, en realidad a lo mejor a esos individuos su conciencia les tortura si no actuan para enriquecerse. El problema reside en que una persona que no tiene principios ni remordimientos, que puede actuar libremente en beneficio propio incluso causando daño a terceros es la definición que la medicina da para los psicópatas, así pues esa nueva escala de valores nos convierte a todos un poco en psicópatas.
La sociedad basada en esos principios se está autodestruyendo, pues la sociedad se inventó como un entorno de colaboración entre individuos que renuncian a parte de su libertad individual y anteponen el bien común por encima del bien personal. Si la mayor parte de los miembros de una sociedad rompen ese acuerdo, la sociedad en sí deja de tener sentido.
Por supuesto, siempre ha existido ese pulso entre el individualismo y el bien común, pero tres poderosas herramientas habían conseguido subyugar ese impulso, y hacer que las personas que actuaban así al menos se avergonzaran de ello, no como ahora que se sienten orgullosos.
El primer freno siempre ha sido la ética individual, ese Peptio grillo que nos ha guiado hacia el camino de la rectitud, y nos ha torturado si no hacíamos lo correcto mediante los remordimientos.
El segundo ha sido la religión, que nos ha amenazado con la condenación eterna si no actuábamos según lo que los religiosos nos han dicho que era ético.
El tercer freno ha sido la ley, que nos ha amenazado con la cárcel si no cumplíamos la legalidad, y que servía contra los individuos que no tenían ni el primer ni el segundo freno.
Pero hoy en día esos tres frenos han saltado por los aires. Nuestro Pepito grillo individual ha sido sustituido por otro mediante la conversión del egoísmo en un valor ético aceptable, de modo que ahora nuestro nuevo Pepito grillo nos guía hacia el egoísmo individualista.
La condenación eterna ha dejado de ser una amenaza, pues hasta el propio Papa ha admitido que el infierno es un lugar metafórico, y viendo las actitudes de algunos religiosos que han robado y abusado de niños, con el beneplácito de sus superiores parece que ya ni ellos mismos temen esa condenación eterna.
Y la ley ha sido retorcida para convertir en legal el robo y la explotación, pero con nuevos nombres como SICAV, paraíso fiscal, instrumentos financieros, preferentes, cláusulas hipotecarias, becarios, contrato en prácticas, o flexibilización laboral. Esas nuevas palabras esconden viejas ideas, según las cuales los ricos y poderosos tienen derechos, y los pobres tienen obligaciones.
Creo que la única forma de reconducir la sociedad, y evitar que el individualismo la destruya, es reinstaurar al menos uno de esos frenos. El más fácil sería el de la ley, el problema es que las leyes las hacen los poderosos, y estos no parecen dispuestos a renunciar al individualismo que tanto les conviene. El freno de la religión parece dificilmente reimplantable. Así pues solamente nos queda la opción de la ética individual. Tenemos que renunciar al egoísmo individualista que los neoliberales nos han vendido como un bien superior, y empezar a pensar en el bien común en nuestros actos cotidianos. Solo si logramos cambiar los valores del enriquecimiento personal a cualquier precio, por los valores del enriquecimiento colectivo, y conseguimos transmitir esos valores a nuestros hijos, podremos exigir a nuestros líderes que actúen con ética.
No podemos quejarnos de que nuestros empresarios nos explotan, de que nuestros deportistas defraudan, o de que nuestros políticos se consiguen un retiro dorado de asesor a cambio de favores, mientras nosotros mismos también actuemos sin ética. Hay que dejar de contratar servicios sin factura, hay que dejar de comprar lo mas barato sin preguntar si detrás hay mano de obra explotada, hay que dejar de medrar en el trabajo a base de intentar dejar mal a tus compañeros, hay que dejar de enseñar a los niños a aprobar copiando, y hay que dejar de poner el dinero en el banco que nos da más rentabilidad sin preguntar si la obtienen deshauciando a familias de sus casas. Solo si nos convertimos en personas íntegras, podremos exigir a nuestros conciudadanos que lo sean también.

22 de junio de 2013

El patriota traidor

Blind patriotism de Brian D Morgan
Hablar sobre el patriotismo y el nacionalismo es muy difícil, especialmente debido a la perversión del lenguaje, ya que cuesta definir esos conceptos. ¿Que es una patria?¿Y una nación? La verdad es que me da un poco igual, y no quiero entrar en esa discusión, porque esos conceptos son sentimientos, y cada cual tiene los suyos, pero de lo que quiero hablar no es del sentimiento, sino de las actitudes que toman los que tienen esos sentimientos.
En España hay mucha gente con sentimientos de arraigo a su tierra, pero para algunos su tierra es toda la península, mientras que para otros es solo una parte de ella, pero las actitudes que toman unos y otros son similares, y en mi opinión algo perversas, pues mientras proclaman el amor por su tierra, tienen actitudes que poco a poco están haciendo de esa tierra un lugar inhabitable.
Hay gente que cree que debe y puede imponer su sentimiento patriótico a otros, y están en los dos bandos, tanto en los llamados nacionalismos periféricos, como en el muchas veces negado nacionalismo español. Prueba de ello es el famoso “vamos a españolizar a los alumnos catalanes” del ministro de educación Wert. Creer que se puede imponer un sentimiento es tan absurdo como pensar que puedes obligar a alguien a amarte, y pensar que tienes la obligación de intentarlo se parece mucho a la violencia de género.
Así pues, si no se pueden cambiar esos sentimientos ¿como podemos arreglar la situación? Pues en mi opinión hay que quitar el foco de que bandera ondeas, y ponerlo en que haces para ensalzar dicha bandera.
La peor actitud que se puede tomar a ese respecto, según mi punto de vista, es la de ondear la bandera y gritar que quien no la ondee tan fuerte como tu es sospechoso de ser un enemigo de la patria, esa actitud es la que intenta obligar a la gente a dar pruebas públicas de su afecto a la patria para así inferir que todo aquel que no lo haga es porque es un mal patriota. Esa actitud degenera en un patriotismo de escaparate, basta con ponerse una pulsera con la bandera para ya creerse un ciudadano ejemplar, y ser un ciudadano ejemplar no consiste en eso.
Aunque te vistas con la bandera, y escuches cada mañana el himno nacional, serás un mal patriota si no pagas tus impuestos, si defraudas, si no te levantas cada mañana para trabajar duro, si te cuelas en el metro o si intentas hacer un pelotazo y piensas que otro ya apechugará con las consecuencias. Si intentas escaquearte de tus obligaciones estás traicionando a tu patria, pues estás anteponiendo tu propio beneficio al bienestar de tu tierra, te conviertes en un patriotra traidor.
Necesitamos menos patriotas que ondeen banderas, y mas patriotas que trabajen duro para el bien de su tierra, cada cual la que considere propia. Si se consiguiera ese cambio, la verdad es que me daría un poco igual que bandera ondeara cada cual, porque la verdad es que estarían remando todos en la misma dirección, me daría igual si trabajan duro para España, o para Cataluña, porque la verdad es que todos estarían sacando el país adelante por igual.
El problema es que hoy en dia hay muchos patriotas en ambos lados que vociferan sobre lo buenos que son unos y lo malos que son otros, a la vez que están defraudando, contratando en negro, o en el caso mas sangrante de los políticos, enfrentando a la ciudadanía unos contra otros a la vez que se legisla en favor de algunas empresas de conocidos y amigos. No se me ocurre ninguna actitud mas antipatriótica que sembrar la cizaña entre conciudadanos a la vez que se dilapidan sus impuestos para favorecer a amiguetes, y se ocultan fortunas al fisco en paraísos fiscales.
Si los ciudadanos tomáramos consciencia de ese echo, el país en su conjunto daría un paso adelante.
Las eternas discusiones entre catalanistas y españolistas, seguirían existiendo, pero dejarían de ser destructivas para convertirse en una competición positiva para el conjunto, pues cada cual, para mostrarse mejor patriota que el otro, tiraría adelante del país. Además a los políticos, empresarios, famosos y deportistas de élite, que normalmente se llenan tanto la boca de patria, pero que a la hora de la verdad tienen todos sus fortunas en el extranjero, no les bastaría con atarse una bandera al cuello y salir por la tele, sino que tendrían que cumplir con sus obligaciones con el fisco y no por miedo a ser pillados, sino por amor a su tierra.
Quizás sea algo utópico, pero tenemos que conseguir cambiar la definición de que significa ser un patriota. Ahora ser patriota significa considerar enemigo mortal cualquier patriota de una patria diferente a la tuya, y tendría que pasar a significar querer trabajar cada día para que tu patria prospere.
Si el sentimiento patriótico se convierte en un impulso para la mejora personal, y se sobrepone a la búsqueda del beneficio económico personal a cualquier precio, incluso a costa del empobrecimiento del país, que tanto mal ha hecho al conjunto de la sociedad, entonces ese sentimiento dejará de ser un problema de nuestra sociedad para ser una de las soluciones. Y entonces dará un poco igual si hay una patria o cinco o diez, porque todos querrán lo mejor para el conjunto de la sociedad.

16 de junio de 2013

¿En que se gastan nuestros impuestos? Inversiones

En mi post anterior expuse lo necesario que me parece regenerar la conciencia ciudadana sobre la utilidad de los impuestos, a través de la racionalización y la transparencia en el gasto, y cuando digo eso no me refiero a recortar en sanidad y educación, sino en que la ciudadanía tiene derecho a saber en que se gasta el dinero, y en opinar si cree que se está derrochando en cosas inútiles, o en beneficios espúreos para unos pocos. No quería limitarme únicamente a la crítica general a nuestros dirigentes, cosa que ya he hecho ampliamente, sino que quería hacer algunas propuestas concretas. Ya indiqué propuestas sobre como evitar los abusos en sueldos y cargos de los políticos, y ahora quería centrarme en como controlar el gasto en inversiones públicas.

La primera medida sería clarificar como se decide si una infraestructura es necesaria y útil. Actualmente parece que las inversiones se deciden en función de donde ha nacido el ministro de turno, o si en cierta comunidad han obtenido muchos votos, y esto tiene que acabarse pues nos ha llenado el país de aeropuertos inoperantes, paradas de AVE en pueblos, y autopistas rescatadas.
Las infraestructuras del tipo escuelas y hospitales se proyectan en función de la población existente y la distancia de los trayectos, y salvo contadas excepciones, se han ejecutado de forma bastante racional, así pues en ese campo no creo que haya que hacer muchas reformas, simplemente dejar que los técnicos decidan libres de injerencias políticas.

En lo referente a las infraestructuras de transporte es donde se necesita poner orden. Habría que distinguir entre infraestructuras de alta capacidad (autopistas, trenes, puertos y aeropuertos), de las de baja capacidad (carreteras). Antes de ejecutar una infraestructura de alta capacidad habría que hacer un presupuesto y un cálculo de su utilización futura, lo que se conoce como un cálculo de coste/beneficio. Si dicho cálculo da un resultado por encima de cierto valor, se puede ejecutar, pero si el cálculo da por debajo de dicho umbral se podría ejecutar pero como infraestructura de baja capacidad, que no necesitaría pasar dicho cálculo de coste/beneficio, a menos que se rehaga el proyecto para rebajar el presupuesto. O sea, que entre dos poblaciones de 1.000 habitantes, no se puede construir una autopista, porque no la utilizaría casi nadie, pero sí una carretera, ya que es un derecho básico de todos los ciudadanos tener una infraestructura de transporte. Dicho cálculo sería vinculante, no una mera opinión de los técnicos.
Aún así, es cierto que en ciertos casos una infraestructura con poca demanda inicial puede servir para traer riqueza a ciertas zonas depauperadas. Para esos casos en los que el cálculo coste/beneficio no justifica dicha infraestructura de alta capacidad, pero otros criterios socioeconómicos o demográficos si que la hacen recomendable, propongo crear un impuesto específico, que vendría a sustituir las tan polémicas transferencias de solidaridad entre comunidades autónomas. El dinero para pagar dichas infraestructuras infrautilizadas se tendría que sacar de un fondo que se iría llenando con dicho impuesto solidario que pagarían los ciudadanos en función de su renta. Si los políticos creen que hay que hacer muchas de estas infraestructuras infrautilizadas, tendrían que explicar a los ciudadanos que les tienen que subir dicho impuesto de solidaridad, o esperar varios años a que se vaya recaudando para tener suficiente dinero. Eso eliminaría de un plumazo la tendencia de los políticos a construir aeropuertos en medio de la nada, y a la vez nos ahorraría la eterna discusión de que comunidades pagan de más y de menos, pues serían los ciudadanos los que sufrirían un impuesto específico para ese fin, y no se detraería ese dinero de las transferencias del estado a las comunidades, lo que se ha demostrado un sistema muy opaco y fácilmente interpretable según los intereses de cada cual.
Por último se necesitarían algunas medidas para impedir que nos hiciéramos trampas al solitario, o sea controles para que los presupuestos de las obras, y los cálculos de utilización de dichas infraestructuras fueran lo más reales posibles, y no se alteraran artificialmente para conseguir mostrar como útiles infraestructuras que no lo son, a base de maquillar los números. Para impedir dichos maquillajes, se podrían encargar a funcionarios del estado, que gracias al blindaje de su empleo no pueden ser presionados. O por ejemplo se podrían encargar dichos estudios a empresas privadas, y en caso de que sus informes se demuestren erróneos con desviaciones de más del 10%, vetar dicha empresa de la contratación pública durante 5 años.

Otra medida muy necesaria sería la de impedir que en los concursos públicos, las empresas presenten unos presupuestos artificialmente bajos para ganar el concurso, para a continuación, durante la obra, exigir el pago de sobrecostes que disparan el presupuesto por la puerta de atrás sin ningún control. La solución para impedir esta práctica es sencilla, si el coste final de una infraestructura ejecutada por una empresa supera el presupuesto entregado en el concurso, dicha empresa queda excluida de la contratación pública durante 5 años. En pocos años veríamos como las empresas se preocupan de presentar a los concursos unos presupuestos realistas, y como el coste final de las obras se ajusta a lo presupuestado.
Todos los contratos públicos deberían ser publicados inmediatamente, solamente en el caso de los contratos de defensa se podría retrasar su publicación hasta un máximo de diez años.
Ningún contrato público podría incluir compensaciones a las empresas privadas en el caso que las previsiones de ingresos o costes no se ajusten a la realidad. No puede ser que a día de hoy aún no sepamos que contrato se firmó para traer la formula 1 a Valencia, o cuanto dinero dice el contrato que costaría rescindirlo, o que tengamos que compensar a las concesionarias de autopistas privadas porque se equivocaron al prever cuantos vehículos pasarían por sus peajes. El capitalismo consiste en arriesgar tu dinero para ganar más dinero, no en asegurar que tendrás unos ingresos seguros aunque hagas mal los cálculos, quizás intencionadamente.

Quizás mi propuesta intenta acotar demasiado las decisiones de infraestructuras, pero en vista de lo mal que lo han hecho los políticos, creo necesario devolver la responsabilidad a los técnicos, para que sus cálculos sean vinculantes, e impedir así que un político se gaste 200 millones de nuestros impuestos en una estación de tren en un pueblo de 1000 habitantes, donde curiosamente su familia tiene unos terrenos, diciendo que es de utilidad pública.
Os invito a dejar vuestra opinión sobre mis propuestas, a dar vuestras propuestas complementarias o alternativas, o a dejarme verde, que esto sé que también gusta mucho.

12 de junio de 2013

¿En que se gastan nuestros impuestos?


Paul Vos Cobrador de impuestos
Paul Vos - Cobrador de impuestos - 1543
Antes de exigir ningún sacrificio más a la ciudadanía, hay que mostrar a la población como, en que y por que se gasta el dinero de nuestros impuestos, para recuperar la autoridad moral y el sentido de los impuestos. Los políticos se llenan la boca exigiéndonos a los ciudadanos responsabilidad, sacrificios y penitencia, pero se han olvidado de su parte, y eso ha degenerado en la sensación general que se gastan nuestro dinero en mamandurrias, y la gente utiliza esa sensación como excusa moral para defraudar. Para salir de la crisis hay que mejorar los ingresos públicos, y hay que mejorar los criterios de gastos, pero eso no pasará hasta que la gente no piense que defraudar impuestos perjudica al conjunto de la sociedad, y viendo como manejan el gasto público nuestros políticos muchos ciudadanos piensan que pagar impuestos no sirve para nada.
Así pues creo que es hora de empezar a hacer propuestas concretas para revertir esta situación, así que empezaré por lanzar propuestas referentes a dar claridad a los criterios del gasto, en primer lugar en lo referente a los sueldos, dietas, y asesores de los políticos.

En primer lugar, se tendrían que crear unos baremos salariales para todos los cargos electos, y que cobraran en función de su responsabilidad. Este baremo estaría indexado con el salario medio español, y con la tasa de paro, mediante una fórmula, de modo que si baja el paro o sube el sueldo medio cobrarían más que si ocurre lo contrario. Esto serviría de incentivo para que los políticos mejoraran esos parámetros, y de corrector automático para ahorrar en sus sueldos si las condiciones generales del país se deterioran, aunque creo que para calcular el sueldo medio habría que dejar fuera al 5% más rico y más pobre, para evitar distorsiones de la media debido a unos pocos individuos muy ricos. Esta operación acostumbra a hacerse en funciones del tipo campana de Gauss.

Además creo que los cargos elegidos por voto directo de la ciudadanía, como los parlamentarios, tendrían que cobrar más que los cargos elegidos por los políticos, como por ejemplo los presidentes de diputación, organismos oficiales, etc, de ese modo se valorará más a los representantes de los ciudadanos, y no a los representantes de los políticos. Hay que tener en cuenta que a lo mejor esta medida significa subir el sueldo a los políticos con mayor responsabilidad y mayor exposición pública, pero también se lo bajará a muchísimos otros que cobran sueldos vergonzosamente altos sin haberse enfrentado jamas a las urnas, y que gestionan organismos de dudosa utilidad pública. Por supuesto esta medida tiene que ir ligada con la reforma de la ley electoral que he comentado en posts anteriores.

Cada persona podría ocupar un solo cargo y recibir un solo sueldo, y esto incluye sueldos y cargos de fundaciones y organismos semi públicos que reciben subvenciones.

Todo el personal no funcionario, como asesores e interinos, debería ser contratado con la aprobación de un cargo electo gerárquicamente superior, y su sueldo no podría superar al de su contratador, cosa que actualmente sí que pasa, en algunos casos de forma escandalosa. Debería hacerse público quien contrata a quién y para hacer qué y con que sueldo, por ejemplo a través de una página web, donde se podría comprobar a cuanta gente ha contratado un cargo electo en particular, y cuanto dinero nos cuesta todo ese personal. De ese modo se podría comprobar los criterios y exigir responsabilidades. Por supuesto estaría prohibido que un cargo electo contratara a ningún familiar suyo hasta de tercer grado, ni nadie que conviviera con ninguno de sus familiares, y el número de personal contratado estaría limitado, si se necesita mas personal habría que convocar plazas de funcionarios.

Las dietas y complementos salariales quedarían reducidos solo a transporte y comida en días y horas laborables, y sin superar un porcentaje del sueldo mensual, y si se realizan viajes oficiales, se dispondría de un cierto margen extra. Esas dietas, así como el teléfono, sería pagado desde una única cuenta para cada político, y que sería la única cuenta para gastos sufragada con dinero público a la que tendría acceso, y cuyo extracto se publicaría automáticamente, por ejemplo cada semana. Esto permitiría saber en que se gasta el dinero, y eliminaría tentaciones como la de irse a un spa el fin de semana con cargo al contribuyente. 

Hasta aquí una primera lista de medidas básicas que afectan a los sueldos de los políticos, muchas otras serían útiles e incluso necesarias, y alguien puede pensar que estas son equivocadas, pero el objetivo de todas ellas es que los políticos no se pongan los sueldos que quieran, que gasten sin control el dinero de todos, y eliminar el nepotísmo, es exigirles responsabilidad y transparencia, y rendición de cuentas sin que lo tengamos que pedir, pues tenemos derecho a saber siempre y en todo momento en que gastan nuestro dinero, y para hacer que. Parece mentira que se tengan que explicar estas cosas tan de sentido común, pero hemos llegado a unos niveles muy preocupantes de degradación ética en nuestra clase dirigente, que piensa que no tiene que dar explicaciones, y que la opinión de la gente no importa.

En vista de lo que me estoy alargando, creo que dejo para posts poseteriores otras propuestas para mejorar los criterios con los que se deciden y ejecutan los gastos públicos en inversiones, pues hoy en dia cualquier político decide gastarse doscientos millones en construir un aeropuerto, presentando un presunto informe diciendo que lo utilizarán quince millones de pasajeros anulaes, y al final cuesta quinientos millones y lo utilizan cero pasajeros, sin que ello traiga consecuencias para nadie. Esto se tiene que acabar.

Si teneis mas propuestas, que seguro que sí, podeis dejarlas en forma de comentarios a este post, a lo mejor llegamos a alguna conclusión.

1 de junio de 2013

La política visceral


discurso autoreferenciado
Obra del artista Mana Neyestani
Las dos Españas (o tres o cuatro) se pelean, se discute, y se alternan en el poder, pero son incapaces de hablar la una con la otra, de buscar los puntos en común, y de ceder cada una una parte de su ideología para crear una ideología conjunta de mínimos comunes que pudiera integrar a la mayoría de la ciudadanía.

Este es un mal endémico que padecemos desde hace siglos, y la guerra civil fue una prueba de esta incapacidad para el acuerdo, y de esta convicción inquebrantable en que uno tiene razón.

En España no se acostumbra a contrastar argumentos, a intentar convencer al que piensa diferente, y a escuchar otras opiniones para formarse la propia. El estilo autóctono no se halla en la razón, sino un poco mas abajo, en la víscera. Muy a menudo no intentamos informarnos para conocer la verdad, sino que la verdad ya la sabemos, e intentamos encontrar las pruebas que demuestran que tenemos razón. Así pues no debatimos sino que discutimos, no tenemos adversarios sino enemigos.


Este estilo tan propio se hace evidente en las tertulias televisivas, en las que unas personas sentadas en lados físicos e ideológicos opuestos de una mesa se lanzan improperios de un lado al otro de la mesa que vuelan como granadas entre trincheras, y tienen su mismo objetivo, destruir al enemigo, no generar un debate o convencer a nadie.

Lo triste es que esta misma actitud es la que se aprecia en el congreso, donde los parlamentarios intentan arrancar una ovación de sus correligionarios, si puede ser a costa de humillar al oponente, en vez de dedicarse a lo que el origen etimológico de la palabra parlamentario sugiere.

Esta actitud es la que provoca, por ejemplo, que cada cuatro años se reforme la educación en este país, con los lamentables resultados que todos conocemos, o que el famoso debate territorial (mal llamado así, ante la total falta de debate) se limite en envolverse cada cual con su bandera correspondiente, sin ningún atisbo de vida inteligente en ninguno de frentes. Lo único en lo que se han puesto de acuerdo nuestros políticos es en defender sus derechos frente a los de la ciudadanía, a la que nos distraen ondeando esas mismas banderas que presuntamente les enfrentan.


Así pues la vida política ha quedado reducida a una lista de etiquetas, y cada cual se ve obligado a elegir una de estas etiquetas, y defenderla como si le fuera la vida en ello. O eres de derechas o de izquierdas, o nacionalista o constitucionalista, o monárquico o republicano. Y los partidos, en vez de buscar puntos de encuentro, se esfuerzan muchísimo en crear nuevas dicotomías etiquetables, para poder apoderarse de una de esas etiquetas y así esgrimirlas ante los electores que, agarrados a ella seguirán al partido que la esgrima hasta la urna, cual flautista de Hamelín, ejemplos de esas nuevas etiquetas no faltan, como por ejemplo abortista o antiabortista, a favor de los referendums o en contra, pro religión en las escuelas o anti, pronuclear o antinuclear, etc.
Estas etiquetas eliminan el debate, e imposibilitan los matices, y hacen imposible encontrar puntos medios, que acostumbran a ser donde se encuentra la virtud.


Esta actitud maniquea no es, por supuesto, nueva ni exclusiva de nuestro país, y por desgracia tengo la sensación que va a más, especialmente por como se está acelerando la circulación de la información gracias a las nuevas tecnologías. La gente quiere más y más información, pero no tiene tiempo de asumirla, así que tiene que estar muy resumida, y ser fácil de asimilar, y como es fácil de imaginar, más información más resumida, significa eliminar los matices.

Esta tendencia también han conseguido introducirla en el mundo científico, ahora cualquiera, tenga las ideas que tenga, consigue que un grupo de expertos elaboren un informe confirmando rotundamente y con pruebas científicas que tenía razón, aprovechándose así de la creciente tendencia de la población a depositar una fe casi religiosa en la ciencia sin poner en duda sus métodos, o la interpretación de los resultados. Esta perversión, que tiene su máximo exponente en la polémica creacionista, o el negacionismo del cambio climático, pero que también ha dado grandes ejemplos patrios, como las afirmaciones de biólogos diciendo que los toros no sienten dolor debido a la configuración de su sistema nervioso. Cosas veredes, amigo Sancho.

Del noble, pero muy desprestigiado arte de las estadísticas, muy manipulado por parte de las compañías y los medios, hablaré otro día.


El único antídoto es renunciar a la verdad absoluta, nadie tiene toda la razón ni nadie está totalmente equivocado, o menos que lo haga de mala fe y defienda una postura a sabiendas que es falsa por motivos inconfesables. Hay que diversificar al máximo las fuentes de información y siempre siempre poner en duda lo que nos dicen, y lo que creemos. Así pues, si alguien cree que no tengo razón, por favor, que exponga sus argumentos, intentaré estar abierto de mente.

27 de mayo de 2013

Capitalismo evolutivo como especie dominante

Ilustración de Fernando Vicente
Mucha gente piensa que democracia y capitalismo son indisociables, que lo uno implica lo otro y se retroalimentan. Esa afirmación no solo es falsa como demuestran muchos ejemplos de dictaduras capitalistas, empezando por China (que abandonó el comunismo hace lustros y desde entonces se ha olvidado que es una dictadura) sino que el capitalismo, en su forma mas neoliberal y desregulada, prefiere no tener que lidiar con los vaivenes de la opinión pública, y tener que subyugarse a los intereses de la ciudadanía, que acostumbran a ser contrarios a los suyos propios.

Esta concepción de asimilar democracia con capitalismo nació de la contraposición con el comunismo, que nació con voluntad de servir al pueblo pero desde un gobierno autoritario absolutista, a modo de un nuevo despotismo ilustrado, que en muchos casos degeneró de dictadura represiva. Para distinguirse y defenderse de él, el capitalismo afortunadamente optó por la democracia y por el llamado estado del bienestar, como un antivirus para vacunar la población ante las ideas comunistas.
Creo que no es casualidad que los países europeos más próximos geográficamente a la extinta URSS, desarrollaran un mayor grado de sociedad del bienestar, al ser los mas expuestos, y este estado del bienestar era mas débil como más se alejaba uno de la URSS, hasta llegar a las antípodas, no solo ideológicas, sino curiosamente también geográficas de EEUU. Este gradiente geográfico indicaría, según mi parecer, que el sistema capitalista se protegía de la amenaza comunista mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos.
Esto no quiere decir que el capitalismo abrazara la democracia, sino que en algunos casos la utilizó para defenderse del comunismo, y en otros casos sacrificó la democracia en favor de dictaduras cuando la ciudadanía elegía líderes demasiado socialistas. Hay muchos ejemplos de ello durante la guerra fría, especialmente en sud-américa, donde EEUU tenía pánico a que surgiera de las urnas un país comunista, y donde abundaron los golpes de estado contra las izquierdas, con el visto bueno de EEUU, o la misma España, donde se prefirió mantener un dictador, que tras el experimento de la autarquía se volvió capitalista, a re-instaurar una democracia que había alumbrado un gobierno socialista.

El problema llega cuando, tras el hundimiento del comunismo, el capitalismo neoliberal ya no se ha sentido amenazado por nadie, y se ha convertido en hegemónico. La ciudadanía ya no tenía un modelo alternativo con el que amedrentar al liberalismo desregulador, ni armas ideológicas para combatirlo, al perder toda legitimidad las ideas comunistas, cosa que ha desembocado en la fallida ideológica de las izquierdas europeas.
Esto ha provocado que el capitalismo fuera lentamente volviendo a su estado original, el existente antes del comunismo, o sea a principios del s.XIX, cuando la revolución industrial traía prosperidad al conjunto de la sociedad, pero explotaba a una clase trabajadora, casi esclavizada y sin derechos, ante la total falta de un gobierno capaz de regular el capitalismo.
El capitalismo neoliberal quiere abandonando la centralidad que adoptó en forma de capitalismo socialdemócrata para luchar contra el comunismo situado en un extremo ideológico de las izquierdas, para volver al extremo ideológico liberal, suprimiendo la intervención de los gobiernos, y eliminando las protecciones y derechos socialdemócratas de nuestra sociedad, que ahora ya no son necesarios al no necesitar defenderse del comunismo. 
Además nos dicen a los europeos que ya no estamos entre el liberalismo de EEUU y el comunismo de la URSS, sino entre el liberalismo de EEUU y el liberalismo dictatorial de China, así que el nuevo punto intermedio es un liberalismo con una democracia vigilada, siempre que no se ponga en cuestión el liberalismo. En Europa hemos visto destituir gobiernos democráticos para poner "tecnócratas" que no son mas que dictadores del capitalismo neoliberal con fecha de caducidad, para corregir la voluntad de la ciudadania, y hemos visto las amenazas vertidas sobre la ciudadania griega si osaba votar un partido que no fuera neoliberal. Un gran ejemplo de la democracia europea sin duda. 
Lo que está pasando hoy en día es que el capitalismo cree que ahora no volverá a surgir una ideología político-económica que le haga frente. Cree que su victoria moral ha sido total e irreversible, y que los ciudadanos nos tenemos que aguantar y ver como se desmantelan los gobiernos y las leyes (excepto para salvar al capitalismo o sus miembros mas destacados, pero de esto hablaré otro día).

Quiero pensar que esta idea neoliberal está equivocada, y que mas pronto que tarde las muchas ideas contrarias al neoliberalismo que están surgiendo se articularán en forma de una nueva ideología socialdemocrata que encontrarán un terreno adobado entre la gente harta de los abusos sufridos.
Tal como se dice “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, y igual que en el s.XIX los gobiernos anticuados con estructuras del s.XVIII nada podía contra el capitalismo, en el s.XXI tenemos que sacar nuestros gobiernos del s.XX y darles herramientas del s.XXI para poder enfrentarse al capitalismo, y volver a ponerlo al servicio de los ciudadanos, y no al revés como pasa ahora.
¿Alguien se anima?

22 de mayo de 2013

¿Porque nuestros líderes parecen ineptos?

Meritocracia o nepotismo
Viñeta de el Roto
Por que motivo nuestro líderes parecen ser unos ineptos? Bien, una explicación sería que lo parecen porque lo son. 
Esta percepción de inutilidad está bastante extendida en nuestro país, y se refiere tanto a políticos, como a sindicalistas y empresarios.
En mi opinión estamos mandados por ineptos porque nuestro sistema de valores recompensa al inútil y castiga al competente. Hay un tipo de gente que cree que para prosperar no hay que esforzarse ni hacer bien el trabajo, sino que hay que tener los contactos correctos, y dedican muchas energías a cultivarlos, mientras que otro tipo de personas creen que hay que hacer bien el trabajo y esperar que se les recompense por ello. La pena es que en España, los primeros tienen razón y los segundos se equivocan.
Estas personas, puestas a dedo, saben que su prosperidad personal no depende de sus habilidades, porque saben que son inútiles, sino de su vasallaje a sus superiores, de modo que se genera una estructura piramidal en la que cada escalón sabe que a quien debe contentar es al eslabón superior de mando, y no a sus subordinados.
El problema llega cuando estos indivuduos llegan a la cúspide, donde ya no tienen nadie por encima que les diga lo que tienen que decir y pensar, en ese momento se dan cuenta que no tienen ideas propias, y que son incapaces de tener un discurso, de marcar objetivos, y de ser un verdadero líder. El mejor ejemplo de ellos han sido los presidentes de las cajas de ahorros, y también nuestra actual presidente, quizas esta es la razón por la que se siente tan cómodo siguiendo las órdenes de Europa, el FMI y de Alemania, así no tiene que elaborar un discurso propio, y por eso le cuesta tanto explicarse ante sus subordinados y ejercer de líder, cosa que no ha hecho en la vida.
Este sistema que podría ser llamado enchufista y que va mas allá del simple nepotismo, sería antagónico al sistema anglosajón llamado meritocracia.
La meritocracia es un sistema según el cual cada uno prospera y asciende en la sociedad, en teoría, en función de su esfuerzo personal.
Hay estudios que relacionan la meritocracia con los valores morales del protestantismo, en el cual no existe una jerarquía religiosa, sino que cada cual debe relacionarse personalmente con dios, con lo que para alcanzar el cielo cada individuo debe esforzarse en agradar a dios, y en prosperar en este mundo.
Por el contrario la mentalidad apostólica romana dicta que lo correcto es obedecer a la jerarquía, conformarse con tu posición en este mundo y esperar la recompensa en el siguiente. En resumen, que el pensamiento autónomo es poco menos que pecado, mientras que la obediencia a tus superiores es una virtud.
Este es un debate casi teológico, pero en el fondo lo que quiero decir es que es un problema de escala de valores, por lo tanto la solución pasa porque cada uno de nosotros actuemos de forma ética, denunciando y castigando los abusos, y no cometiéndolos si tenemos alguna capacidad de elección.
Una cosa es enchufar un hijo o un primo en la empresa donde trabajamos, y otra muy diferente es que este hijo o primo sea un inútil. Se le puede dar una oportunidad, pero si no ejerce sus funciones correctamente no hay permitirlo, porque están perjudicando a alguien que se ha esforzado mas que ellos, y no nos podemos permitir que nuestros hijos aprendan la lección que esforzarse no sirve de nada.
Por lo tanto mi consejo, que intento aplicarme a mí mismo, es intenta hacer tu trabajo eficaz y correctamente, e intenta reconocer y recompensar el esfuerzo de los otros, y a la vez, no seas condescendiente con aquel que no hace lo mismo.
Esto es aplicable a todos los niveles, desde los deberes de tu hijo, hasta al partido al que votas, pasando por que marca de yogures compras, o que compañía telefónica contratas. 
Si el partido al que piensas votar incluye a corruptos en la lista electoral, no tragues con ello, si incumplen el programa retírales tu apoyo. 
Del mismo modo, si te cobran de mas en una factura telefónica, no te quejes en el bar, pon una reclamación oficial y cambia de empresa. Y si tu banco hace público que su director se jubila cobrando una millonada tras arruinarlo, al dia siguiente vas y sacas tu pasta y cierras la cuenta. Si todos lo hiciésemos, este país cambiaria a mejor, ¿no crees?

20 de mayo de 2013

Propuestas 1. Reforma de los partidos.

Ilustración del iraní Mana Neyestani
Ilustración del iraní Mana Neyestani
La actual democracia española ha degenerado, y se ha convertido en una plutocracia, donde las cúpulas de los partidos pueden actuar impunemente, sin interferencias de los militantes (gracias a la nula democracia interna de los partidos), sin interferencias de los medios de comunicación (gracias al control de los medios públicos, y a la ayuda de los poderes económicos que controlan la mayoría de los medios privados), sin interferencia de los jueces (ya que los partidos nombran y destituyen a los jueces, y sino utilizan los indultos discrecionalmente). Con esa libertad de movimientos han negociado y acordado beneficios espúreos para empresas y grandes capitales a costa del dinero de todos los ciudadanos, y han conseguido retiros dorados para ellos y sus familiares.  
Para revertir esta situación hay que cambiar de paradigma, hay que cambiar la mentalidad de este país, y hay que hacer muchas reformas legales, pero no como las reformas que nos intentan imponer, que se basan en renunciar a nuestros derechos, sino reformas que se basen en recortar los derechos de nuestros dirigentes, su derecho a controlar los medios de comunicación, su derecho a no dar explicaciones de sus decisiones, su derecho a nombrar jueces, y su derecho a ser candidato a las elecciones sin pasar por un proceso democrático dentro de los partidos. Estas son las reformas que necesitamos. 
Los ciudadanos tenemos también parte de culpa, pero no por haber vivido por encima de nuestras posibilidades como han tenido la desfachatez de decirnos, sino por haber mirado por otro lado, por haber votado a candidatos de dudosa reputación, por no haber ejercido nuestro poder del voto con responsabilidad, ni nuestro poder económico como colectivo, retirando nuestro apoyo a aquellas empresas, medios, bancos, etc. que han actuado con poca ética, o directamente de forma delictiva. 
Los partidos tienen una ardua tarea por delante si quieren recuperar el apoyo de la gente, pero si de verdad creen en la democracia, tienen que renunciar a sus privilegios y entregárselos a la ciudadanía. Los ciudadanos somos adultos y hemos madurado como sociedad, ya no somos un país lleno de analfabetos y con escasa cultura, ahora somos un país de gente formada y que ha visto mundo, ya no nos conformamos con un papel de espectadores. 
Los partidos de la oposición no pueden cambiar las leyes, pero si que se pueden reformar internamente, si que pueden crear un sistema de democracia interna, si que pueden hacer públicos todos sus ingresos pormenorizados, todas las donaciones y subvenciones, y si que pueden publicar el nombre, cargo y sueldo de todos sus miembros. A alguien le parecerá obsceno pretender que todo el mundo sepa su sueldo, pero lo realmente obsceno es que se gaste el dinero público sin dar ninguna explicación. Esto no requiere de reforma legal alguna y se puede hacer dentro de cada partido sin necesidad de llegar a grandes pactos de estado.  
Si un partido empieza a tomar estas medidas, todos los otros se verán forzados a seguirlo. 
Este sería un buen primer paso para que la ciudadanía pueda reconquistar sus instituciones, que han sido secuestradas y amordazadas con tanto éxito desde hace ya demasiado tiempo, o al menos esta es mi opinión. Si estás de acuerdo, en contra, o todo lo contrario, deja tu comentario, incluso me gustaría que la gente propusiera formas concretas de llevar estas ideas a la realidad.

15 de mayo de 2013

Diagnóstico 1. La democracia está secuestrada por los partidos

Viñeta de http://falsapolitica.blogspot.com.es
En el caso español, sufrimos, en mi humilde opinión, un grave caso de democracia deformada. 
Hoy en día los partidos políticos ya no son unos intermediarios entre la ciudadanía y las instituciones, sino que han sustituido a la ciudadanía como fuente de la que emana el poder. Ahora son las cúpulas de los partidos los que deciden los candidatos entre los que la ciudadania puede elegir, y estos mismos son los que multan y expulsan de sus filas los representantes que no siguen estrictamente sus ordenes, así pues el parlamento representa la voluntad de las cúpulas de los partidos y no a la ciudadanía. Además estas cúpulas son totalmente impermeables a la influencia de la ciudadanía, pues en muchos partidos no tienen elecciones internas entre sus militantes, y en los que si que las tienen, las condiciones para presentarse a candidato imposibilitan la aparición de líderes ajenos a la dirección. 
El sistema de partidos en su conjunto ha actuado como cártel, como un oligopolio de poder dejando a la ciudadanía elegir solo entre los candidatos presentados y controlados por ellos, dejando pues la ciudadanía al margen de las decisiones políticas para los temas importantes.
Además esta posición privilegiada ha permitido a los partidos controlar el parlamento, y con él, al gobierno, alternándose entre los dos partidos mayoritarios, y con el apoyo ocasional de los partidos llamados nacionalistas que han exigido a cambio formar parte de este cártel del poder. Con ese control han cambiado leyes para poder elegir también a los representantes del poder judicial, poniendo así ese tercer poder del estado bajo la influencia, una vez más, de las cúpulas de los partidos, y no de la ciudadanía.
En resumen, mi tesis es que cada partido funciona internamente como una monarquía absolutista, en la que los afiliados actúan como cortesanos que intentan ganarse el favor de su rey, sin importar las traiciones o la inmoralidad con tal de medrar. Y en conjunto, el sistema de partidos funciona como un despotismo ilustrado, en el que los dirigentes de los partidos se creen poseedores de la verdad, y conocedores de lo que la ciudadanía necesita sin necesidad de consultarla. 
Así pues según este esquema, a los ciudadanos nos dejan elegir, como en la guerra de sucesión del s. XVIII entre los Austrias o los Borbones, los cuales están aparentemente mortalmente enfrentados por nimieces, pero sospechosamente de acuerdo en mantener su estatus, aún a costa de la ciudadanía. La única mejora es que las guerras actuales se dirimen en las urnas, pero se repiten cada cuatro años.

LA TEORÍA  

A continuación explico lo que debería ser una democracia sana.
Según el esquema clásico de la teoría política, en el que en teoría se basa nuestro sistema y nuestra constitución, el poder lo tiene la ciudadanía y este lo cede a sus representantes que forman los trespoderes del estado, el legislativo, el ejecutivo y el judicial, en nuestro caso el Parlamento/Senado, el Gobierno y el tribunal Constitucional. Estos tres poderes se compensan y vigilan entre sí para evitar abusos. Este es el esquema clásico, pero sobre este esquema pronto se añadió un cuarto poder, la prensa que desde una posición externa a las instituciones vigila estos tres poderes e informa a la ciudadanía de posibles abusos o connivencias entre estos tres poderes del estado.
Este sistema funciona en muchos países con mayor o menor fortuna, pero depende de que este delicado equilibrio de poder se mantenga inalterado. Si uno de los cuatro poderes tiene demasiada fuerza el equilibrio se rompe, y entonces la democracia degenera. Normalmente sigue siendo una democracia, en el sentido que sigue habiendo elecciones, pero estas tienen poca influencia en las esferas de poder, y la voluntad popular es ignorada.
 
Estais de acuerdo? En contra? No dudes en dejar tu opinion al respecto. 

Disgnóstico? Es grave

el capitalismo ha escapado del control
Obra de Banksy. El capitalismo ha escapado del control
Según mi punto de vista, la actual situación de crisis generalizada es consecuencia de un cambio de modelo, tal y como he comentado en mi primer post. Este cambio no se está realizando, sino que ya está implantado, ya vivimos en un modelo de capitalismo neoliberal globalizado, donde la democracia y la opinión pública están sometidos al imperio de la ley, mientras que estos poderes económicos escapan a todo control. Si alguien quería impedir que se implantara este modelo, llega tarde, debió escuchar a los movimientos antiglobalizadores de hace diez o quince años, que seguramente ya llegaron tarde.
Una vez implantado este nuevo modelo, revertirlo resulta imposible, del mismo modo que habría resultado impensable detener la revolución industrial y olvidar el motor de vapor, pero lo que hay que hacer es poner coto a sus abusos, y sobretodo, devolver la voz a la ciudadanía.
La única forma de luchar contra ese poder económico se llama democracia y sociedad civil, pero antes de caer en este tópico, hay que detenerse un momento y pensar en que significa la palabra democracia. Si lo hacemos, a lo mejor nos daremos cuenta de lo muy desvirtuada que está esta palabra hoy en día. A cualquier país en el que se celebren elecciones lo llaman democracia, pero la democracia no son las elecciones, la democracia es, según la Real Academia Española de la lengua, el "predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado", si las elecciones no dan como resultado que el gobierno trabaje por y para el pueblo, entonces ya no es una democracia, será un gobierno legítimo según las leyes vigentes, pero no será una democracia, que es lo que necesitamos como herramienta para controlar el poder económico en favor de la ciudadanía.
Así pues, mi opinión es que antes de emprender la tarea de domesticar esta nueva raza de capitalismo, necesitamos nuevas herramientas, y estas herramientas son una democracia moderna y ágil que responda a los deseos y necesidades de la ciudadanía. 
Hay que aprovechar las mismas innovaciones que han permitido evolucionar al poder económico, para hacer evolucionar de igual manera al poder democrático. Hay que globalizar la ciudadanía, hay que sacar a la administración pública del siglo XIX y traerla al XXI, hay que explotar las tecnologías de la información, pero no para convertirnos en consumidores aborregados que desean poseer el último gadget de brillantes luces ofrecido por nuestros nuevos dioses las multinacionales, sino para reclamar que nos devuelvan nuestro lugar como sujetos activos de la política.
En resumen, que la economía ha inventado la pólvora, y la ciudadanía se quiere defender mediante una democracia de arcos y flechas, y si no nos modernizamos, seremos condenados a la irrelevancia, del mismo modo que les pasó a los indios americanos contra los europeos, y igual que entonces, algunos de nuestros líderes nos fallaran firmando pretendidos tratados de paz que no son mas que rendiciones a cambio de unos pocos abalorios, o de una vida acomodada para estos líderes, y lo harán por incompetencia, ignorancia, o por mala fe.
En próximas entradas intentaré ir analizando los fallos del sistema que han conducido a la situación actual, y por lo tanto, los remiendos necesarios para hacer que pueda volver a funcionar. 
Del mismo modo que yo estoy dando mi opinión, os invito a que lo hagais vosotros también mediante comentarios.

Nace una nueva era, intentemos no morir en el parto

mickey mouse y ronald mac donald junto con niña con napalm
Obra de Banksy, que muestra el cinismo del capitalismo
Nos encontramos en un momento histórico de cambio de paradigma, un momento en el que todo está cambiando y que alumbrará la sociedad en la que viviremos durante los próximos decenios, lo viejo muere y lo nuevo nace, causando dolor y sufrimiento a la sociedad sometida a estas convulsiones.
Hoy no nos encontramos simplemente inmersos en una crisis económica, estamos padeciendo una crisis sistémica. El sistema ha evolucionado, ha mutado, y al hacerlo se ha vuelto inestable.
El capitalismo de hoy en día no tiene nada que ver con el capitalismo nacido de la revolución industrial, y como tantas otras cosas, en las últimas décadas ha evolucionado mas rápido que nuestra capacidad para ponerle riendas y domesticarlo.
Lo mismo ha pasado con la democracia, que hoy en dia se parece muy poco a lo alumbrado por Montesquieu durante la ilustración.
En pocas palabras, el capitalismo ha pasado de ser una bestia de carga domesticada bajo el yugo de la democracia para ayudarnos en nuestros trabajos, a ser un animal salvaje libre de arreos. Hay quienes creen que esto es una mejora, y aunque yo no lo veo en absoluto de este modo, lo cierto es que esta fiera hoy está devorando a sus hijos, del mismo modo que la revolución industrial semi esclavizó a generaciones enteras hasta que se puso orden (al menos en occidente).

Nuestra tarea, nuestra obligación es intentar ordenar este proceso de cambio, e intentar que sirva para alumbrar un futuro mejor, igual que pasó con el renacimiento, la ilustración, o la convulsa revolución francesa. En esos momentos se aprovechó los vientos de cambio para arrebatar el poder a quienes habían abusado de él, se depusieron reyes y obispos, y se utilizó la razón en beneficio de la sociedad.
Hoy en día no son los cardenales los que nos condenan a la hoguera, ni son nuestros reyes los que nos esquilman, es el poder económico el que se ha erigido en nuestro señor, y ese es el que nos echa de nuestras casas, el que nos amenaza con arrebatárnoslo todo si no obedecemos, nuestra moderna inquisición, nuestro particular Cronos.

Mi intención al crear este blog es la de intentar generar un intercambio de opiniones, crear debate, e intentar buscar las causas y las soluciones al ocaso de nuestra forma de vida, intentar iniciar una lucha ideológica, ya que uno de los problemas de nuestros tiempos es la inexistencia de un modelo alternativo al neoliberalismo imperante, la total falta de alternativas a lo propuesto por los poderes que nos oprimen. Así pues os invito a que iniciéis este debate, que me mandéis vuestras opiniones, que discutáis con vuestros amigos.
Os invito a empezar a luchar por un futuro mejor al que nos ofrecen.
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